sábado, 14 de mayo de 2011

El sueño

Sentía esa humedad que recorría mi hombro izquierdo como gotas que se deslizan sobre  las hojas al garuar, una voz que sollozaba mi partida, sin embargo me encontraba ahí… tirado sobre mi cama con el vago recuerdo de un sueño tan extraño y aún más confuso, quise dormirme nuevamente, pero no podía hacerlo. Me levanté, prendí mi laptop, decidí escribir los fragmentos que mi memoria me permitía rescatar, lo primero al recordar fue una mujer que conocí en circunstancias que no me creerían, no sé si lo estaré inventado recién o de verdad formó parte del sueño, lo que sí sé es que por conveniencia o no, en mi sueño me case con ella, algo que me hizo sentir feliz, de alguna manera sentí que la conocía de toda una vida, quise dejar por un momento todo ahí, pero como toda felicidad solo dura de manera fugaz, volví a recaer en la duda, en esa morbosidad que me carcomía por saber el final de este sueño, ¿habría tenido hijos con ella?, ¿logramos vivir felices? O de forma más pesimista, ¿me dejó?, ¿quede solo? Esta última pregunta rondaba mi mente, ¿lograr tener todo para luego perderlo?,  deje la laptop, camine sin sentido alrededor de mi cuarto esperando ver algo que me hiciera recordar, me tire sobre la cama, miraba el ventilador que se encontraba girando suavemente en el techo. Volví a escuchar el llanto, me levante con rapidez y el llanto ya se había ido, repetí diariamente este ritual, no dejaba de pensar en ese llanto, y más aún, ¿de quién era?,  ¿acaso era de ella?.  Lo único que me quedo claro fue que debía permanecer echado, sin hacer ningún movimiento, y fue así que lo hice, emocionado por oír el llanto y reconocer por fin la voz, decidí pasar días en ese estado, podía escuchar con mayor intensidad el llanto, mi cuerpo estaba muerto, pero mi alma se sentía más viva que nunca, logre cerrar mis ojos, pase mucho tiempo así, pude escuchar claramente la voz llamándome, mi corazón latía cada vez más, sentí miedo, ahora no quería abrirlos, entonces pude sentir una mano tocándome, comencé a temblar, sentía cada vez más su calor, pude ver una sombra que se iba aclarando conforme mis ojos se lograban abrir, vi una flaca silueta que con dificultad se ponía mantener en pie, cabellos negros que se extinguían por el color blanco predominante, una cara que representaba el pasar del tiempo, una boca que no ha sido besada en muchos años, y más arriba, unos ojos… esos ojos, los conozco, tan claros que podía ver su alma pura, su esencia misma, esos ojos me mostraban esperanza, me sentía sumamente viejo, este no era mi cuarto, me sentía cansado, era difícil mantener los ojos abiertos, quise preguntarle si fuimos felices, si nos divertimos, pero no podía hablar, y menos pronunciar cosas articuladas,  nuevamente todo se volvía oscuro, rápidamente deje de sentir su mano, su calor, escuche como si un cuerpo cayera de golpe, y pisadas de personas entrando apresuradamente y volví a no ser nada, lo único consciente en mí, era el pensamiento de saber si fuimos felices. Logre abrir mis ojos nuevamente, ahora me encontraba en una pradera, el sol brillaba, me encontraba de pie, a lo lejos una mujer invitándome que la acompañe, era como la recordaba durante tanto tiempo, camine hacia ella lentamente, mi cuerpo avejento recuperaba fuerzas, y rejuvenecía por cada paso que daba, y sin darme cuenta, me encontraba corriendo hacia ella con el corazón reclamando a su dueña , me pare frente a ella, la mire, me percate que tenía un anillo en su dedo, la tome de las manos, me miro y me dijo: “espere 10 años por este momento”. Fue cuando supe que realmente había sido feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario